El programa surge tras la realización de un estudio llamado BIBE,
publicado recientemente en la revista BMC Public Health, impulsado desde los equipos de Pediatría de los Centros de Atención Primaria, donde se evalúan 1124 bebés menores de 18 meses, en los que al menos uno de los progenitores es fumador. El estudio -que incluía una intervención centrada en que los padres tomarán medidas útiles frente al tabaquismo pasivo de sus hijos- concluye que
más del 70% de los niños están expuestos al humo del tabaco y que los niveles de nicotina de algunos de los niños son hasta 3 veces superiores a los niños no expuestos. Se comenta también el fenómeno del
"humo de tercera mano", la nicotina adherida a piel y ropa puede ser inhalada por el niño.
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