Hace ya más de 10 años que la rompedora película
The Matrix dio un paso de gigante en la forma de consumir las historias (
análisis de
Henry Jenkins en
Convergence Culture). Los “consumidores”, más bien
prosumers, de esta clásica historia transmedia podían localizar fragmentos del argumento en distintos canales convergentes con la trilogía (libros, videojuegos, fanzines, cortos de animación, blogs secretos, etc.), e incluso participaron en su evolución (p.ej., como
co-creación, los cortos
Animatrixdesarrollados por artistas sin la supervisión de los hermanos Wachowski).
La narrativa transmedia es ahora algo común, sobre todo
para las nuevas generaciones de adolescentes, que se conectan con sus series favoritas a demanda (web, tuenti o Facebook) o visitan los
twittersodios para conversar con los personajes u otros fans, como sucede con la serie
El Barco, de Antena3. Contenidos
extratransmedia, ¡cómo no!
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