Si hablamos de eliminar servicios sanitarios, la polémica está servida y directamente se acusa a los promotores de privatizadores, de terroristas contra el estado del bienestar y cosas parecidas, con mayor o menor acierto. Pero se pueden eliminar servicios sanitarios, o tecnologías o fármacos, de otra forma, mediante la llamada
desinversión basada en la evidencia, concepto que desarrolla Iñaki Gutierrez-Ibarluzea en un editorial de la revista
Atención Primaria. ¿Cómo? Muy sencillo:
eliminando servicios, tecnologías o fármacos que aportan poco o muy poco beneficio a la salud. Es decir, dejar de financiar lo que es ineficiente.
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